Nacida en 1918 en White Sulphur Springs, en el norteamericano estado de Virginia Occidental, Johnson fue una extraordinaria y precoz estudiante que logró encauzar su innata pasión por las matemáticas gracias a sus profesores. Sin embargo, al cumplir los 18 años y tras graduarse con honores en bachiller, su condición de mujer hizo que Johnson tuviera que renunciar a la investigación y volcarse en su familia durante casi tres lustros. Concretamente, hasta 1950. Fue entonces cuando un pariente le avisó de que el National Advisory Committee for Aeronautics (NACA), el organismo predecesor de la NASA, estaba buscando nuevos empleados.
En concreto, buscaban “calculadoras” ('computers' en inglés) para su Departamento de Orientación y Navegación. Lejos del significado que se le da hoy día, una calculadora o computadora era una persona, normalmente una mujer, que se encargaba de realizar todas las operaciones necesarias para llevar a cabo estudios y, posteriormente, para hacer posible la conquista espacial. Todo con la simple ayuda de un papel, lápiz y calculadoras mecánicas (estas sí) como las Friden, Monroe o Marchant.
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